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La importancia de terminar lo que inicias

“Productividad”

Ésta parece ser la palabra estrella cuando del trabajo,  estudios y proyectos personales se trata. Sin embargo, no queda claro que dicha productividad no se traduce como hacer más, si no hacer mejor y con mayor calidad; entre otras cosas, se trata de terminar lo que se inicia.

Las personas seguimos buscando excusas que justifiquen nuestra falta de constancia (porque al final del día, no es más que eso: falta de constancia y disciplina). Y si ese es tu caso, no te aflijas: el no acabar lo que se comienza es realmente más común de lo que crees.

Sin embargo, cambiar para bien merece la pena.

Así que si estás dispuesto a dejar lo inconcluso en el pasado, y comenzar a terminar tus proyectos, te dejamos estos pequeños consejos:

1. Sé realista

Al prospectar un proyecto todo suele pintar color de rosa: comienzas a visionar los cambios positivos que implicará en tu vida, y comienzas a idear un plan de acción para cumplirlo…  Y eso no está mal, de hecho, esa misma motivación es la que te ayudará a cerrar con broche de oro. Sin embargo debes ser muy realista y objetivo, pregúntate: ¿Es este el momento indicado para iniciar el proyecto?, ¿Cuento con todo lo necesario para sacarlo adelante?

2. Crea un plan de acción

“Una meta sin un plan es solamente un deseo.”
-Antoine de Saint-Exupéry

Invierte tu tiempo en desarrollar a fondo tu proyecto, no dudes en tomar ideas de otros que han hecho lo que tu quieres lograr.  Esto te ayudará a saber con certeza los pasos a seguir para llegar a la meta y no te sentirás abrumado por una carga tan grande.

3. Visualiza la meta

La motivación es el principal combustible de una admirable fuerza de voluntad. Imagínate llegando a la meta y obteniendo todos esos jugosos beneficios que traerá consigo el finalizar este proyecto. Ya sea completar la rutina en el gimnasio, cerrar un trato importante o finalmente pintar la sala a ese color que tanto te gusta, al final sólo puede haber cosas buenas.

4. Comienza

¿Decidido? Bien. Comienza a caminar con la vista puesta en el paso inmediatamente sucesivo.

Al principio no mires demasiado hacia la meta, porque puedes tener la sensación de estar asomándote a un abismo. Únicamente, céntrate en dar un paso tras otro e ignora a quien te diga que no vas a buen ritmo, siempre que no te lo argumente con razones de peso.

5. No lo postergues

Consigue como puedas la dosis de templanza que necesitas para huir del tiempo despilfarrado inútilmente. Si necesitas descansar, descansa, y aprovecha ese tiempo en acumular energías para continuar.

Otra cosa es enlazar una actividad improductiva tras otra, de modo que ni descansamos ni avanzamos en nuestro proyecto.

6. Busca refuerzos

Déjate apoyar por los que te quieren y están contigo. La realidad es que suele haber menos personas que te apoyan de lo que parece, pero puedes tener la suerte de encontrar a alguien que no te deje solo hasta que llegues al final.

De todas formas, ya tengas más o menos apoyos externos, piensa que el más importante y fundamental es el tuyo propio. Ten fe en ti mismo. Una vez que te has puesto en marcha, confía en tu criterio, en los motivos que tuviste para comenzar y no te cuestiones.

7. No te detengas

Y por último, pero el más importante de todos: no pares. Ten presente que cada paso, por más pequeño que sea, te está llevando a tu destino.